SISTEMA SOLAR
ORIGEN DEL SISTEMA SOLAR
Han habido muchos intentos de desarrollar teorías
sobre el origen del Sistema Solar. Ninguna de ellas puede describirse como
totalmente satisfactoria, y es posible que haya desarrollos ulteriores que
expliquen mejor los hechos conocidos.
Pensamos sin embargo, que entendemos el mecanismo
general, que consiste en que el Sol y los planetas se formaron a partir de la
contracción de parte de una nube de gas y polvo, bajo su propia atracción
gravitacional, y que la pequeña rotación neta de la nube, fue responsable de la
formación de un disco alrededor de la condensación central.
La condensación central eventualmente formó al Sol,
mientras que las condensaciones menores en el disco formaron los planetas y sus
satélites. La energía del joven Sol sopló el remanente de gas y polvo, dejando
al Sistema Solar como lo vemos actualmente
LO NUEVO DEL SISTEMA SOLAR:
CERES (Planeta enano)
CERES (Planeta enano)
Ceres es el más pequeño de los planetas enanos dentro de nuestro sistema solar, aunque hasta
la reunión
de la Unión
Astronómica Internacional
el 24 de agosto de 2006,
era considerado el mayor asteroide descubierto por el hombre. Fue
descubierto el 1 de enero de 1801 por Giuseppe Piazzi y recibe su nombre en honor a la
diosa romana Ceres. Este planeta enano contiene
aproximadamente la tercera parte de la masa total del cinturón de
asteroides,
siendo el más grande de todos los cuerpos de dicho grupo.
Exploración de Ceres:
La NASA
ha lanzado una misión llamada Dawn (en inglés, amanecer) para visitar
Ceres y el asteroide Vesta. Fue lanzada el 27 de septiembre
de 2007. Entró en la órbita de Vesta en julio de 2011, y lo observará durante
un año. Entonces saldrá y al cabo de tres años, en 2015 llegará a Ceres.
LA TIERRA
LA TIERRA COMO PLANETA:
La Tierra (de Terra, nombre latino de Gea,
deidad griega de la feminidad y la fecundidad) es un planeta del Sistema Solar que gira alrededor de su estrella en la tercera órbita más interna. Es el quinto más
grande de sus planetas y el más grande de los terrestres.
Es el hogar de millones de especies, incluyendo los seres humanos. Es actualmente el único cuerpo astronómico donde se conoce la existencia de vida.
La Tierra se formó hace 4 567 millones de años y la vida surgió unos mil millones de años después.
La atmósfera y otras condiciones abióticas han sido alteradas
significativamente por la biosfera del planeta, favoreciendo la
proliferación de organismos aerobios, así como la formación de una capa de ozono que junto con el campo
magnético terrestre
bloquean la radiación solar
dañina, permitiendo así la vida en la
Tierra. Las propiedades físicas de la
Tierra, la historia geológica y su órbita ha permitido que la
vida siga existiendo. Se estima que el planeta seguirá siendo capaz de
sustentar vida durante otros 500 millones de años, ya que según las previsiones
actuales, pasado ese tiempo la creciente luminosidad del Sol terminará causando
la extinción de la biosfera.
La superficie terrestre o corteza está dividida en varias placas tectónicas que se deslizan sobre el magma durante periodos de varios
millones de años.
Cerca del 71% de la superficie está cubierta por océanos de agua salada, el resto consiste en continentes e islas que en conjunto poseen varios
lagos, ríos y otras fuentes de agua que construyen la hidrosfera. No se conoce ningún otro planeta
con este equilibrio de agua liquida, que es
indispensable para cualquier tipo de vida conocida. Los polos de la Tierra están cubiertos en su
mayoría de hielo sólido (Indlandsis (cobertura
de hielo) de la Antártida)
o de banquisas (casquete polar
ártico). El interior
del planeta
es geológicamente activo, con una gruesa capa de manto relativamente sólida, un núcleo externo líquido que genera un campo
magnético, y un núcleo de hierro
sólido interior.
La Tierra interactúa con otros
objetos en el espacio, especialmente el Sol
y la Luna.
En la actualidad, la Tierra completa una órbita alrededor del Sol cada vez que
realiza 365.26 giros sobre su eje. Este lapso de tiempo se denomina un año sideral, el cual es igual a 365.26 días solares.
El eje de rotación de la Tierra se
encuentra inclinado 23.4° con respecto a la perpendicular a su plano orbital, lo que produce las variaciones
estacionales en la superficie del planeta con un período de un año tropical (365.24 días solares). La Tierra posee un único satélite natural, la Luna
que comenzó a orbital la Tierra hace 4.530 millones de años, esta produce las
mareas, estabiliza la inclinación del eje
terrestre y reduce gradualmente la velocidad de rotación del planeta. Hace
aproximadamente 3.800 a 4.100 millones de años, durante el
llamado bombardeo
intenso tardío,
numerosos asteroides impactaron en la Tierra, causando
significativos cambios en la mayor parte de su superficie.
Tanto los recursos minerales del planeta como los productos de
la biósfera aportan recursos que se utilizan
para sostener a la población humana
mundial. Sus habitantes están agrupados en
unos 200 estados soberanos independientes, que interactúan a
través de la diplomacia, los viajes, el comercio, y la acción militar. Las culturas humanas han desarrollado muchas
ideas sobre el planeta, incluida la personificación de una deidad, la creencia en una Tierra plana o en la Tierra como
centro del universo,
y una perspectiva moderna del mundo como un entorno integrado que requiere administración
LITOSFERA
La litósfera o litosfera (del griego litos, "piedra" y σφαίρα, "esfera") es la capa
superficial de la Tierra sólida, caracterizada por su
rigidez. Está formada por la corteza terrestre y por la zona contigua, la más
externa, del manto residual, y «flota» sobre la astenósfera, una capa «blanda» que forma parte
del manto superior.Es la zona donde se produce, en
interacción con la astenósfera, la tectónica de
placas.
La litosfera está fragmentada en
una serie de placas tectónicas o litosféricas, en cuyos bordes se concentran los
fenómenos geológicos endógenos, como el magmatismo (incluido el vulcanismo), la sismicidad o la orogénesis. Las placas pueden ser oceánicas o
mixtas, cubiertas en parte por corteza de tipo continental.
ÁREAS OCEÁNICAS Y CONTINENTALES:
Se ha convenido en definir
geográficamente como continentes a las tierras emergidas, y como océanos a las tierras sumergidas. No
obstante, estos términos varían si nos basamos en criterios geológicos y
geofísicos, de tal forma que la línea costera no es el límite real entre
continente y océano.
Así, se denomina área
continental al espacio que ocupan las tierra
emergidas más el precontinente, es decir la tierra firme más la
llamada plataforma
continental que en algún momento fueron
tierras emergidas, y que fueron transformadas en plataformas por efecto de la
erosión. Por su parte, a las tierras sumergidas, excluidas las plataformas
continentales, se les denomina Área oceánica.
CUENCAS OCEÁNICAS:
Una cuenca oceánica.- es una depresión muy extensa, relativamente uniforme, de
contornos más o menos redondeados, que constituyen el fondo de los océanos.
Hidrológicamente, una cuenca oceánica puede ser cualquier lugar de la Tierra
que está cubierta por agua del mar, pero
geológicamente, las cuencas oceánicas son amplias depresiones geológicas que
quedan por debajo del nivel del mar.
TEORÍA DE ISOSTASIA:
La isostasia es la condición de equilibrio que
presenta la superficie terrestre debido a la diferencia de densidad de sus partes. Se resuelve en movimientos verticales (epirogénicos) y está fundamentada en el principio de
Arquímedes.
Fue enunciada como principio a finales del siglo XIX.
El equilibrio isostático puede
romperse por un movimiento tectónico o el deshielo de una capa de hielo. La isostasia es fundamental para
el relieve de la Tierra. Los continentes son menos densos
que el manto, y también que la corteza oceánica. Cuando la corteza continental se pliega acumula gran cantidad de
materiales en una región concreta. Terminado el ascenso, comienza la erosión.
Los materiales se depositan, a la larga, fuera de la cadena
montañosa, con lo que ésta pierde peso y volumen. Las raíces ascienden para
compensar esta pérdida dejando en superficie los materiales que han estado
sometidos a un mayor proceso metamórfico.
DERIVA CONTINENTAL:
La deriva continental es el desplazamiento de las masas
continentales unas respecto a otras. Esta hipótesis fue desarrollada en 1912
por el alemán Alfred Wegener a partir de diversas observaciones
empíricas, pero no fue hasta los años 60, con el desarrollo de la tectónica de
placas, cuando pudo explicarse de manera
adecuada el movimiento de los continentes.
LA TEORÍA ORIGINAL DE ALFRED WEGENER:
La
teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en 1912,
quien la formuló basándose, entre otras cosas, en la manera en que parecen
encajar las formas de los continentes a cada lado del Océano Atlántico, como África y Sudamérica (de lo que ya se habían percatado
anteriormente Benjamín Franklin y otros). También tuvo en cuenta
el parecido de la fauna fósil de los continentes septentrionales
y ciertas formaciones geológicas. Más en general, Wegener conjeturó que el conjunto de los
continentes actuales estuvieron unidos en el pasado remoto de la Tierra,
formando un supercontinente, denominado Pangea, que significa "toda la
tierra". Este planteamiento fue inicialmente descartado por la mayoría de
sus compañeros, ya que su teoría carecía de un mecanismo para explicar la
deriva de los continentes. En su tesis original, propuso que los continentes se
desplazaban sobre otra capa más densa de la Tierra que conformaba los fondos
oceánicos y se prolongaba bajo ellos de la misma forma en que uno desplaza una
alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza de
fricción implicada, motivó el rechazo de la explicación de Wegener, y la puesta en suspenso, como
hipótesis interesante pero no probada, de la idea del desplazamiento
continental. En síntesis, la deriva continental es el desplazamiento lento y
continuo de las masas continentales.
LA TEORÍA EN LA ACTUALIDAD:
La teoría de la deriva continental,
junto con la de la expansión
del fondo oceánico,
quedaron incluidas en la teoría de la tectónica de
placas, nacida en los años 1960 a partir
de investigaciones de Robert
Dietz, Bruce
Heezen, Harry
Hess, Maurice
Edwing, Tuzo Wilson y otros. Según esta teoría, el
fenómeno del desplazamiento sucede desde hace miles de millones de años gracias
a la convección global en el manto (exceptuando la
parte superior rígida que forma parte de la litosfera), de la que depende que
la litosfera sea reconfigurada y desplazada
permanentemente.
Se trata en este caso de una
explicación consistente, en términos físicos, que aunque difiere radicalmente
acerca del mecanismo del desplazamiento continental, es igualmente una teoría movilista, que permitió superar las viejas
interpretaciones fijistas de la orogénesis (geosinclinal y contraccionismo) y de la formación de los
continentes y océanos. Por esto, Wegener es considerado, con toda justicia,
su precursor y por el mismo motivo ambas teorías son erróneamente consideradas
una sola con mucha frecuencia.
PLACAS TECTÓNICAS:
La tectónica de placas (del griego τεκτονικός, tektonicós, "el que construye") es
una teoría geológica que explica la forma en que está
estructurada la litósfera (la porción externa más fría y
rígida de la Tierra). La teoría da una explicación a
las placas tectónicas que forman la superficie de la
Tierra y a los desplazamientos que se observan entre ellas en su movimiento
sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e
interacciones. También explica la formación de las cadenas montañosas (orogénesis). Así mismo, da una explicación
satisfactoria de por qué los terremotos y los volcanes se concentran en regiones
concretas del planeta (como el cinturón
de fuego del Pacífico)
o de por qué las grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y
no en el centro del océano.
Las placas tectónicas se desplazan
unas respecto a otras con velocidades de 2,5 cm/año lo que es, aproximadamente, la
velocidad con que crecen las uñas de las manos. Dado que se
desplazan sobre la superficie finita de la Tierra, las placas interaccionan unas con
otras a lo largo de sus fronteras o límites provocando intensas
deformaciones en la corteza y litosfera de la Tierra, lo que ha dado lugar a la
formación de grandes cadenas montañosas (verbigracia los Andes y Alpes) y grandes sistemas de fallas
asociadas con éstas (por ejemplo, el sistema de fallas de San
Andrés). El contacto por fricción entre
los bordes de las placas es responsable de la mayor parte de los terremotos. Otros fenómenos asociados son la
creación de volcanes (especialmente notorios en el cinturón de fuego del océano Pacífico) y las fosas oceánicas.
Las placas tectónicas se componen
de dos tipos distintos de litosfera: la corteza continental, más
gruesa, y la corteza oceánica, la cual es relativamente delgada. La parte
superior de la litosfera se le conoce como Corteza terrestre, nuevamente de dos tipos
(continental y oceánica).
Esto significa que una placa litosférica puede ser una placa continental,
una oceánica, o bien de ambos, si fuese así se le denomina placa mixta.
Uno de los principales puntos de la
teoría propone que la cantidad de superficie de las placas (tanto continental
como oceánica) que desaparecen en el manto a lo largo de los bordes
convergentes de subducción está más o menos en equilibrio con
la corteza oceánica nueva que se está formando a lo largo de los bordes
divergentes (dorsales oceánicas) a través del proceso conocido
como expansión
del fondo oceánico.
También se suele hablar de este proceso como el principio de la "cinta
transportadora". En este sentido, el total de la superficie en el globo se
mantiene constante, siguiendo la analogía de la cinta transportadora, siendo la
corteza la cinta que se desplaza gracias a las fuertes corrientes convectivas de la astenósfera, que hacen las veces de las ruedas
que transportan esta cinta, hundiéndose la corteza en las zonas de
convergencia, y generándose nuevo piso oceánico en las dorsales.
ORIGEN DE LAS PLACAS TECTÓNICAS:
Se piensa que su origen se debe a
corrientes de convección en el interior del manto terrestre, en la capa conocida como astenósfera, las cuales fragmentan a la litosfera. Las corrientes de convección son
patrones circulatorios que se presentan en fluidos que se calientan en su base.
Al calentarse la parte inferior del fluido se dilata. Este cambio de densidad
produce una fuerza de flotación que hace que el fluido caliente ascienda. Al
alcanzar la superficie se enfría, desciende y se vuelve a calentar,
estableciéndose un movimiento circular auto-organizado. En el caso de la Tierra se sabe, a partir de estudios de reajuste
glaciar, que la astenósfera se comporta como un fluido en
escalas de tiempo de miles de años y se considera que la fuente de calor es el
núcleo terrestre. Se estima que éste tiene una temperatura de 4500 °C. De
esta manera, las corrientes de convección en el interior del planeta
contribuyen a liberar el calor original almacenado en su interior, que fue
adquirido durante la formación de la Tierra.
Así, en zonas donde dos placas se
mueven en direcciones opuestas (como es el caso de la placa Africana y de
Norteamérica, que se separan a lo largo de la cordillera del Atlántico) las
corrientes de convección forman nuevo piso oceánico, caliente y flotante,
formando las cordilleras meso-oceánicas o centros de dispersión. Conforme se
alejan de los centros de dispersión las placas se enfrían, tornándose más
densas y hundiéndose en el manto a lo largo de zonas de subducción, donde el material litosférico es fundido y reciclado.
Una
analogía frecuentemente empleada para describir el movimiento de las placas es
que éstas "flotan" sobre la astenósfera como el hielo sobre el agua. Sin
embargo, esta analogía es parcialmente válida ya que las placas tienden a
hundirse en el manto como se describió anteriormente
Astenósfera: La astenósfera o astenósfera es
la zona del manto terrestre que está inmediatamente debajo de la litosfera,
aproximadamente entre 100 y 240 kilómetros por debajo de la superficie de la
Tierra.
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